WALKER´S DETECTIVES
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SU OBJETIVO EN NUESTRO PUNTO DE MIRA

FERNANDO OSTOS JIMENEZ

T.I.P. : NUMERO 229 EXPEDIDA POR LA DIRECCION GENERAL DE LA POLICIA DESDE EL AÑO 1.982

ACREDITADO PARA LA ENSEÑANZA DE CRIMINOLOGIA, CON EL NUMERO 3.061 DE LA D.G. POLICIA DESDE 1997.

PAOLA OSTOS GARCIA

T.I.P. : NUMERO 4.989 EXPEDIDA POR LA DIRECCIÓN GENERAL DE LA POLICIA DESDE EL AÑO 2019

RNSP (SEGURPRI) 10.019

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  • DETECTIVES PRIVADOS
  • Miembro de la Asociacion Andaluza de Detectives Privados (A.A.D.P.).
  • Miembro de la Asociación de Detectives Autonomos de España (ADAES).
  • Miembro de la Asociacion Profesional de Detectives Privados de España(A.P.D.P.E.).
  • Miembro de la Federacion Internacional de Detectives Privados(I.K.D.).
  • La profesión de detective privado ha tenido un desarrollo evolutivo muy lento en nuestro país. En el año 1951 la Orden del Ministerio de la Gobernación de 17 de enero reglamentaba las actividades de las llamadas Agencias Privadas de Investigación; más tarde, en el año 1981, se promulgó la Orden del Ministerio del Interior de 20 de enero de 1981 regulaba la profesión de Detective Privado y una Resolución de 11 de mayo que dictaba instrucciones en ejecución de la Orden anterior; además se dictó la Orden de 30 de enero, por la que se facultaba al Instituto de Criminología de la Universidad Complutense de Madrid para establecer el curso de Investigadores Privados.

    Con la democracia en pleno desarrollo, por fin, se regula la profesión de Detective Privado a través de un elemento digno y lógico como es la Ley de Seguridad Privada, continuando con un Real Decreto y terminando con una Orden, todo ello gestado en el Ministerio de Justicia e Interior, siendo el proceso legislativo el siguiente: Ley 23/1992, de 30 de Julio, B.O.E. n° 186 de 4 de Agosto de 1992, Real Decreto 2.364/1994, de 9 de Diciembre, B.O.E. n°8 de 10 de enero de 1995 y corrección de errores en B.O.E. n°20, de 24 de enero de 1995 y la Orden Ministerial de 7 de julio de 1995, B.O.E. n°169 de 17 de julio de 1995 y corrección de errores en B.O.E. n°220, de 14 de septiembre de 1995.

    Por último, está promulgada una Resolución del Ministerio de Justicia e Interior de fecha 19 de enero de 1996, publicada en el B.O.E. de 31 de enero del mismo año que regula las materias que se deberán impartir en los Institutos de Criminología para la obtención del título de Detective Privado.

    Recientemente el RD123/2001, de 19 de octubre, por el que se modifica parcialmente el Reglamento de Seguridad Privada, aprobado por Real Decreto 2364/1994, de 9 de diciembre.

    Historia de los Detectives Privados

    La profesión del investigador privado como la conocemos hoy en día no apareció en la historia hasta el siglo XIX (concretamente en 1849), cuando el escocés Allan Pinkerton fue nombrado primer detective de la ciudad de Chicago. Año en el que abrió la primera agencia de investigación privada en colaboración con el abogado Edward Rucker, la North-Western Police Agency, que pronto cambiaría su nombre por Agencia Pinkerton. Su lema “We never sleep” acabaría siendo conocido en todo el país. En Francia surgió uno de los mejores detectives privados del mundo Eugene-Francois Vidocq

    Eugène François Vidocq.

    FUNDADOR DE LA POLICIA SECRETA FRANCESA

    (23 de julio de 1775 – 11 de mayo de 1857) fue el primer director de la Sûreté Nationale ('Seguridad Nacional') y uno de los primeros investigadores privados. La figura de Vidocq, que tuvo un pasado delictivo, inspiró a Victor Hugo para los dos personajes principales de la novela Los miserables, a Edgar Allan Poe y a Honoré de Balzac.

    La mayoría de las informaciones sobre la vida de Vidocq provienen de la biografía escrita por un escritor fantasma. Según esta biografía, Vidocq nació en Arrás, el 23 de julio de 1775. Su padre fue panadero.

    Cuando tenía 14 años, Vidocq robó algo de dinero de la panadería de sus padres y huyó de la ciudad. Planeaba navegar a América pero perdió todo el dinero y tuvo que alistarse en el Regimiento de Bourbon al año siguiente.

    Soldado poco ejemplar, afirmó después que había luchado en 15 duelos. Durante la guerra con Austria accedió al cuerpo de granaderos, infantería de élite en ese momento. En 1792, Vidocq agredió a su oficial superior cuando éste rehusó participar en un duelo con él. Golpear a un oficial superior suponía la pena capital, por lo que Vidocq desertó y regresó a Arrás.

    La Revolución francesa estaba en auge. Vidocq afirmó que había salvado a dos nobles pero fue capturado y hubo de afrontar el mismo destino (guillotina). Su padre pidió ayuda a la familia Chevalier. Vidocq se enamoró de su hija, Louise, y se casó con ella cuando ésta afirmó que estaba encinta, algo que resultó ser falso. Cuando se dio cuenta de que ella tenía un romance con un oficial, marchó a Bruselas, donde adquirió un pasaporte falso con el nombre de Rousseau. En Bélgica cortejó a una baronesa de bastante edad, y terminó uniéndose a una banda de criminales.

    Se trasladó a París, donde gastó el dinero en fiestas y prostitutas, volviendo a actuar de bandido y siendo arrestado en muchas ocasiones, pese a que logró escapar en todas ellas. También fue contrabandista. Cuando se rindió para limpiar su nombre, fue arrestado y condenado a ocho años de trabajos forzados. Fue trasladado a una galera pero escapó otra vez usando un disfraz.

    En 1798 marchó a los Países Bajos y trabajó en un buque con patente de corso atacando naves inglesas. En Ostende, fue detenido otra vez y enviado a Tolón. Logró a escapar con ayuda de otro criminal y volvió a Arrás, donde se mantuvo oculto hasta el año 1800.

    En 1801 se convirtió en el amante de la hija de un conde, haciéndose pasar por austríaco. Con ella se trasladó a Ruan, donde estuvo dos años, hasta que las autoridades lo encontraron otra vez. Tuvo que escapar a Boulogne, donde se unió a una tripulación de corsarios y volvió a atacar buques ingleses (en aquella época se desarrollaban las guerras napoleónicas en Europa). Empero, un compañero informó a las autoridades en Boulogne y Vidocq fue nuevamente arrestado y trasladado a una prisión en Douai.

    En Douai el Procurador General Ransom convenció a Vidocq para que apelara y solicitase un nuevo juicio. Vidocq estuvo esperando cinco meses, tiempo tras el cual volvió a huir. Durante este periodo, su esposa Louise le pidió el divorcio.

    Vidocq trató de vivir como un comerciante en Faubourg Saint-Denis, pero un año después fue nuevamente a prisión. Había intentado trabajar como maestro, pero un trato inadecuado con sus alumnas más adultas provocaría su expulsión del pueblo.

    En mayo de 1809, con la promesa de amnistía, Vidocq ofreció sus servicios a la policía de París como infiltrado. El inspector Henry le retó a que escapara de la guardia y volviera para probar su sinceridad, como así hizo.

    Vidocq empezó a trabajar como un informador que escuchaba a otros encarcelados cuando hablaban entre ellos. Después de doce meses la policía arregló su fuga para que él pudiera trabajar como informador fuera de prisión. Cuando la clase criminal empezaba a sospechar, tomaba otras identidades y se disfrazaba. Una vez fue reclutado para matarse a sí mismo.

    Finalmente, Vidocq sugirió la formación de la unidad de policía, llamada Brigade de Sûreté ('Brigada de Seguridad') que más tarde se convirtió en la Sûreté Nationale ('Seguridad Nacional'). Mandaba a doce detectives, de los que muchos habían sido criminales como él. En 1817 tuvo 811 arrestos. Su renta anual fue de 5.000 francos y también trabajaba gratuitamente como investigador privado.

    En 1814, a comienzos de la Restauración Francesa, Vidocq y la Sûreté trataron de controlar la situación en París. También actuaron contra aquellos que se aprovechaban de la situación postrevolucionaria para reclamar falsos títulos aristocráticos que les habían sido arrebatados durante la Revolución.

    La madre de Vidocq murió en 1820, celebrándose su entierro en la catedral de Notre-Dame de París. Ese mismo año, Vidocq se casó con Jeanne-Victoire Guerin, quien murió en 1824. Se casó nuevamente en 1830 con Fleuride Maniez. Pese a todo, mantuvo una reputación de seductor.

    En 1824, después de ser coronado, el rey Carlos X de Francia convirtió la policía en un arma política contra disidentes y rebeldes. Vidocq fue acusado de tener simpatías por los movimientos bonapartistas. Un nuevo jefe, Duplessis, forzó su renuncia a raíz de una cuestión trivial. Seis años más tarde, el sustituto de Duplessis, Henri-Joséphe Gisquet, volvió a reincorporarle al cargo.

    En 1830, tras la abdicación de Carlos X y el ascenso al trono de Luis Felipe I de Francia, se produjo un repunte de la inseguridad y la delincuencia, con el consiguiente aumento del trabajo policial. La aparición de una epidemia de cólera provocó una ola de disturbios el 5 de junio, arrestando la Sûreté a docenas de insurgentes.

    Algunos sectores de la policía no aprobaban sus métodos y empezaron a aflorar rivalidades y enfrentamientos. En 1832 fue forzado a dimitir tras la acusación de haber instigado un crimen, a través de un mediador, para obtener el mérito de resolverlo. Según el libro de Samuel Edwards, The Vidocq Dossier, las normas de la policía prohibían emplear a ex convictos.

    Vidocq abrió entonces una imprenta en la que volvió a emplear a antiguos criminales. El primer libro que intentó publicar fue su autobiografía. Vidocq empleó a L. F. L'Héritier de l'Ain para que le ayudase a escribirla. Sin embargo, muchos historiadores consideran que L’Héritier se tomó demasiadas libertades a la hora de narrar los hechos. No obstante, el propio Vidocq pareció estar de acuerdo en un primer momento, aun cuando solo autorizó los dos primeros volúmenes, de un total de cuatro. Aun así, la biografía fue un éxito.

    En 1833 fundó la primera agencia privada de detectives de la que se tiene constancia. Contratando a ex convictos, creó así la «Oficina de pesquisas» (Le bureau des renseignements), sufriendo la oposición de las fuerzas oficiales, que trataron de cerrarla en numerosas ocasiones. En 1842, la policía arrestó a Vidocq como sospechoso de detención ilegal, así como de haber robado los fondos de un caso de malversación que había resuelto. Fue condenado a cinco años de prisión y a una multa de 3.000 francos. No obstante, apeló y consiguió ser absuelto.

    En sus últimos años, Vidocq escribió varias novelas basándose en sus experiencias en el mundo de los criminales. Algunos historiadores creen que le ayudó su amigo, Honoré de Balzac. Cuando su mujer, Fleuride, murió en septiembre de 1847, se retiró y cerró su agencia, aunque ocasionalmente trabajaría para la policía.

    En abril de 1857, Vidocq sufrió una parálisis que le inmovilizó en su hogar del distrito de Marais, en París, falleciendo el 11 de mayo de 1857. Su funeral tuvo lugar el día siguiente en la iglesia de Saint-Denis du Saint-Sacrement.

    En España, en cambio, no fue hasta el siglo XX (concretamente en 1907) cuando se fundo la primera agencia de investigadores privados. Bajo el nombre de "La Internacional", abría sus puertas en Barcelona. Sabemos de ella por el anuncio que publicaba en los periódicos como “Gran detective particular para asuntos secretos”.

    Posteriormente, se crearon otras agencias como la “American Office”, también en Barcelona. Cuyo detective y director, se haría conocer en la radio, relatando sucesos y crímenes en España. Pero el mayor difusor de la profesión, fue R. Julibert. Francés de nacimiento quien se ubico en Barcelona y fundó una escuela para formar a investigadores en España.

    En Madrid, sobre 1913, surgieron La Protectora y Oficina Internacional de Detectives. A raíz de la creación de estas dos agencias se fundo el Instituto Fernández-Luna que acabó sus días con la segunda república (1931-1938).

    Aún así, la profesión no fue regulada de manera oficial y reconocida hasta que, en 1951, se creó una orden que reglamentaba las actividades de las denominadas Agencias Privadas de Investigación.

    Por otro lado, Eugenio Vélez-Troya fue uno de los principales impulsores, considerado el primer detective privado español reconocido oficialmente que, además, fundó y presidió, en 1958, la primera Asociación Nacional de Detectives de España. Su larga carrera y su gran experiencia han propiciado que sea considerado como uno de los investigadores privados más importantes de la historia de España.

    En 1971 se completó, agonizante, la Orden sobre las agencias pero para exigir más requisitos y avales policiales y sindicales.

    Con la Constitución democrática de 1978 se cambiaron los modos de ver al detective por parte del poder. Al final del mandato de Adolfo Suárez, en Enero de 1981 y bajo el sello del Ministro Juan José Rosón, se promulgaron sendos decretos del ministerio de educación e interior. En el primero se configura la carrera de detective en los institutos de criminología en tres cursos superiores. En el segundo se otorgaban licencias a los detectives, sus auxiliares y se evitaba la renovación de licencia anual.

    A finales de los setenta el gremio eclosiona al liberalizarse nuestras relaciones sociales, familiares y políticas. Surgen las primeras mujeres detective y centenares de agencias por todo el territorio estatal.

    Por otro lado, se cuece la impropia Ley de Seguridad Privada de 1992. Se completa con un Reglamento en 1994

    LOS DETECTIVES PRIVADOS EN ESPAÑA, SON LOS MEJORES FORMADOS DEL MUNDO, YA QUE SE LES EXIJE POR LEY EL TÍTULO UNIVERSITARIO DE DETECTIVE PRIVADO.